Por defecto, cuando hablamos de eficiencia energética, inmediatamente pensamos en ahorro puro y duro de energía, supresión de la reactiva, optimización de la potencia contratada, etc. Todos estos aspectos son fundamentales a la hora de ahorrar en la factura eléctrica. Pero además de la factura debemos vigilar costes que no se reflejan en ella y que debe soportar igualmente la tesorería de la organización. Por ello, en este artículo analizaremos el ahorro de costes que permite alcanzar SEINON desde la perspectiva de los costes técnicos y de procesos productivos en las instalaciones.
Pero antes de entrar en detalle, conviene explicar brevemente qué es esto de los costes técnicos y de procesos productivos de las instalaciones. Estos costes engloban las pérdidas por calentamiento (efecto Joule), por averías debido a una mala calidad de suministro por parte de la compañía eléctrica, los gastos debido a una mala gestión preventiva de los procesos productivos con eventuales pérdidas de inventarios y stocks, la rotura y paralización de máquinas y líneas de producción, etc. En definitiva, se trata de todos aquellos costes que debe soportar la organización debido a una mala gestión energética y a una mala planificación, así como a un deficiente control del uso y suministro eléctrico. Unos costes que aparecen en facturas que no son la factura eléctrica.
Un caso de costes de este tipo es la pérdida, por ejemplo, de alimentos o medicamentos almacenados en una cámara frigorífica al no haber detectado a tiempo anomalías en el funcionamiento de esta cámara. Otro caso es la rotura o mal funcionamiento de equipos como autómatas, luminarias, etc debido a perturbaciones de la red eléctrica no detectados. Podemos encontrarnos con sobrecalentamientos que provoquen disparos indeseados en magnetotérmicos fundamentales para el buen funcionamiento de elementos clave de la instalación como los centros de procesamiento de datos, por ejemplo. O pérdidas operativas importantes si dejan de funcionar máquinas clave del proceso productivo.
La reducción de los costes técnicos, además de permitir una reducción de pérdidas y calentamientos en líneas y equipos, una reducción del número de averías, una continuidad del servicio eléctrico y una reducción considerable de los costes económicos de explotación, posibilita un ahorro económico considerable ya que implica un mayor rendimiento de las instalaciones eléctricas mediante un mejor aprovechamiento de las líneas de distribución y los transformadores que les dan servicio.
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Para acabar este artículo, mostraremos brevemente un caso real que puede servir como ejemplo ilustrativo de cómo SEINON ha permitido reducir costes técnicos a un supermercado mediante el uso de su funcionalidad de alarmas.
El supermercado mencionado, ubicado en una zona costera del levante español, constantemente sufría problemas de rotura de equipos y discontinuidades en el servicio de suministro eléctrico con las consiguientes pérdidas económicas. Se sospechaba que todo ello era debido a una mala calidad de onda pero poco o nada podía hacerse hasta que se contrastaran dichas sospechas.
Se procedió a instalar un sistema SEINON, dotándole de las alarmas de vigilancia del voltaje pertinentes, para detectar los huecos y sobretensiones existentes en el suministro que recibía el supermercado. En el artículo 2 de esta sección se puede profundizar en cómo puede realizarse esta supervisión mediante alarmas de la calidad del suministro eléctrico. Leer ahora el artículo 2...
Inmediatamente se detectaron distintos momentos en los que se producían picos de tensión que quedaron perfectamente registrados en el sistema junto con la monitorización continua de la planta que efectúa SEINON:
Se avisó a la compañía suministradora para que se personaran en la instalación y comprobaran por ellos mismos este problema que estaba sucediendo. Y así, tras revisar la planta y observar los gráficos obtenidos por SEINON, se concluyó que los problemas de sobretensión que sufría el supermercado provenían de una mala regulación del transformador que da servicio al supermercado y a otros abonados.
Al parecer, en la zona turística donde está el supermercado, las líneas de distribución y transporte cuentan con unas elevadas pérdidas y un gran tendido de cable hasta el último abonado. Por ello, la compañía distribuidora se veía obligada en sobredimensionar la regulación del transformador para que llegara la tensión mínima de funcionamiento a los abonados más alejados, sufriendo los problemas de sobretensiones mencionados aquellos abonados vecinos al transformador como era el caso del supermercado. Afinando la regulación del transformador, se pudo solucionar el problema y actualmente el supermercado dispone de un suministro sin incidencias.
En próximos artículos seguiremos analizando nuevos casos reales de ahorro y eficiencia energética con SEINON.
Atentamente.
El equipo de Global Energos.
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